Breve Historia del Paraguay
(Desde sus inicios)
Descubrimiento del Paraguay
Fundación de Asunción
El 15 de agosto de 1537 es la fundación de un fuerte, la formalización de un puesto de avanzada del Imperio Español, que terminaría convirtiéndose en la ciudad de Asunción, la capital de la República del Paraguay, y génesis de las expediciones que dieron origen a grandes urbes sudamericanas.
Según comenta el historiador paraguayo Jorge Rubiani, “Asunción fue el centro de la conquista del Río de la Plata porque se consideró esta vía como el camino natural para el acceso a Perú” y sus mitológicas riquezas. Y por ello su fundación merece un apartado especial, como cimiento de la cultura del Río de la Plata.
El nombre oficial de la ciudad es “La Muy Noble y Leal Ciudad de Nuestra Señora Santa María de la Asunción”, como consta en su acta de fundación, fechada el 16 de septiembre de 1541, momento en que el cabildo fue instituido por el teniente gobernador Domingo Martínez de Irala, acto que elevó a la categoría de ciudad lo que era un fuerte militar, erigido con el mismo nombre el 15 de agosto de 1537 por Juan de Salazar y Espinosa (fecha oficialmente reconocida). (2)
Independencia
Entre el 14 y 15 de mayo de 1811 iniciaron los acontecimientos que desembocaron en la emancipación de Paraguay, uno de los primeros países de la región en independizarse de España. Entre el 14 y 15 de mayo de 1811 se llevó a cabo un golpe cívico militar que logró acordar contra el entonces gobernador de España, Bernado de Velazco, un triunvirato con el que iniciaba la independencia del imperio español.
En la noche del 14 de mayo de 1811 un grupo de oficiales paraguayos se sublevó en los principales cuarteles de Asunción (actual capital del país). La madrugada del 15 de mayo, los oficiales presentaron una nota al gobernador español Bernando Velasco, exigiéndole que entregara dinero, armas y documentos. De esta forma, Velasco perdió autoridad, pero no se separó del gobierno inmediatamente.
La madrugada del 15 de mayo se reclamó también de Velazco la separación de los funcionarios españoles y de todos los miembros del Cabildo, que ningún buque saliera de Asunción y que el emisario portugués, que fue solicitada con anterioridad por el gobernador español para concretar la mencionada alianza, no abandonara la ciudad. El gobernador Velazco intentó rechazar la imposición, pero tras fallar en su resistencia finalmente cedió y optó por aceptar las condiciones impuestas. En el atardecer del 15 de mayo fue izada la bandera paraguaya y 21 cañonazos saludaron el triunfo revolucionario. (3)
Guerra de la Triple Alianza
La Guerra de la Triple Alianza (1864-1870) fue la contienda más
sangrienta de América del Sur. Comenzó en diciembre de 1864, como una lucha
armada entre el Paraguay y el Brasil. Pero en mayo de 1865, se aliaron al
Brasil el Uruguay y la Argentina, y así quedó formada la Triple Alianza.
La guerra comenzó a causa de una intervención militar del
Brasil, que invadió el Uruguay con su ejército. El Gobierno uruguayo pidió
ayuda al Paraguay, cuyo presidente era el entonces general Francisco Solano
López (1826-1870). López temió que la intervención militar brasilera fuese el
primer paso para una ocupación definitiva del Uruguay, lo cual rompería el
equilibrio del Río de la Plata y pondría en peligro la independencia del
Paraguay. Por eso rechazó enérgicamente la intervención brasilera en el
Uruguay; como su parecer no se tuvo en cuenta, López decidió atacar al Brasil.
En aquel momento, el Gobierno del Paraguay y el del Uruguay eran aliados en
contra el enemigo común, el imperio del Brasil, gobernado por el emperador
Pedro II.
En diciembre de 1864, las tropas paraguayas invadieron Mato
Grosso y en unos meses vencieron toda resistencia, ocuparon las principales
ciudades del lugar y se apoderaron de una considerable cantidad de armas. Esta
etapa del conflicto, llamada Campaña de Mato Grosso, terminó con una victoria
paraguaya. El presidente uruguayo Atanasio Aguirre, amigo del Paraguay, fue
reemplazado por Venancio Flores, amigo del Brasil. Aquello modificaba por
completo el anterior entendimiento paraguayo-uruguayo.
Solano López decidió atacar Río Grande del Sur (Brasil) y pidió
permiso para hacer pasar sus tropas por el territorio de Misiones al presidente
argentino, Bartolomé Mitre. López consideraba que, si Mitre permitía el paso de
la flota de guerra brasilera por el río Paraná, también debía permitir el paso
del ejército paraguayo por Misiones; sin embargo, Mitre negó el permiso. López
sospechó la existencia de un acuerdo entre el presidente argentino y el
emperador brasilero, y decidió tomar la iniciativa. En marzo de 1865, el
Congreso paraguayo declaró la guerra a la Argentina y concedió el grado de
mariscal al general Francisco Solano López. El 13 de abril de 1865, la marina
paraguaya se apoderó de embarcaciones de guerra argentinas ancladas en el
puerto de Corrientes y ocupó Corrientes. El 1 de mayo del mismo año, los
representantes del Brasil, la Argentina y el Uruguay firmaron el tratado de la
Triple Alianza en Buenos Aires.
Con el ataque a Corrientes comenzó una segunda fase de la
guerra, la campaña de Uruguayana, caracterizada por la ofensiva paraguaya en
territorio argentino y brasilero. En mayo de 1865, el ejército paraguayo entró
en la Argentina dividido en dos columnas: una de 12.500 hombres al mando del
teniente coronel Antonio de la Cruz Estigarribia y otra de 25.000 hombres al
mando del general Wenceslao Robles. La columna de Estigarribia llegó hasta el
río Uruguay, y lo cruzó para internarse en el territorio de Río Grande del Sur
(Brasil), donde marchó hacia el sur, bordeando el río Uruguay.
Estigarribia se apoderó de San Borja y otras ciudades
brasileras, pero terminó su avance en la ciudad de Uruguayana, donde se rindió
al ejército aliado en septiembre de 1865.
En la siguiente fase de la guerra, la Campaña de Humaitá, las
operaciones se desarrollaron mayormente en territorio paraguayo, en el actual
departamento de Ñeembucú. Aquella fue la campaña más larga porque duró desde
enero de 1866 hasta la caída de la fortaleza de Humaitá en poder de los aliados
en agosto de 1868. Los aliados desembarcaron en territorio paraguayo sólo en
abril de 1866, en un punto situado sobre el río Paraguay (al norte y a corta
distancia de Paso de Patria) y avanzaron hacia el este, bordeando el Paraná
bajo la protección de la flota de guerra brasilera, que dominaba los ríos.
A principios de mayo, los aliados fueron sorprendidos con un
ataque paraguayo a su campamento de Estero Bellaco, que rechazaron sufriendo
bajas considerables. El 24 de mayo se dio una gran batalla, la de Tuyutí, en
que los paraguayos sufrieron grandes bajas al atacar las posiciones aliadas. En
los meses siguientes se dieron las batallas de Yatayty Corá, Boquerón y Sauce,
que no tuvieron consecuencias decisivas desde el punto de vista militar.
Renunciando a la ofensiva, el ejército paraguayo construyó un sistema defensivo
llamado Cuadrilátero, que constaba de trincheras, fosos, fortines y obstáculos,
hasta hoy visibles en parte. El Cuadrilátero comprendía la fortaleza de Humaitá
y las trincheras de Curupayty.
En septiembre de 1866 tuvo lugar la entrevista de Yatayty Corá,
en que discutieron la posibilidad de la paz, pero sin llegar a un acuerdo, el
mariscal López y el general Mitre, comandante de todas las fuerzas aliadas. El
22 de aquel mes, los paraguayos dirigidos por el coronel José Eduvigis Díaz
obtuvieron una gran victoria en Curupayty, donde rechazaron un fuerte ataque
aliados causando enormes pérdidas al atacante. Después de su derrota en
Curupayty, los aliados permanecieron inactivos por el resto del año 1866. En
febrero de 1867, Mitre cedió el mando superior de las fuerzas aliadas al
marqués de Caxias, jefe brasilero. Mitre regresó a su país para enfrentar una
insurrección de las provincias argentinas. Caxias comprendió que no podía
romper las líneas defensivas paraguayas y por eso decidió cercarlas; su
objetivo era aislar en el Cuadrilátero a López, con el grueso del ejército
paraguayo, y así emprendió una serie de maniobras envolventes. En 1867 no hubo
grandes batallas (como en 1866), aunque sí numerosos enfrentamientos. López
mantenía su posición en el Cuadrilátero; los aliados trataban de aislarlo del
resto del país. El 15 de agosto de 1867, los acorazados brasileros pasaron
frente a Humaitá y comprobaron que los cañones de Humaitá no podían perforar sus
corazas. En febrero de 1868, los acorazados brasileros pasaron de nuevo frente
a Humaitá; dos acorazados llegaron hasta Asunción, efectuaron unos disparos y
bajaron el río de nuevo. En marzo de 1868, estaba a punto de completarse el
cerco del Cuadrilátero. Para no quedar cercado, López abandonó el Cuadrilátero
sin que el enemigo lo advirtiera. En una hábil maniobra, cruzó el río Paraguay
con el grueso del ejército por la noche; marchó por el Chaco (hoy argentino)
hacia el norte y volvió a cruzar el río Paraguay para acampar en San Fernando
(cerca de la confluencia del río Tebicuary con el río Paraguay). En Humaitá,
para demorar el avance del enemigo, López dejó una guarnición de 3.000 hombres,
que resistió con valor hasta el 5 de agosto de 1868. Con la caída de Humaitá y
la captura de sus defensores, los aliados podían seguir su avance hasta
Asunción. En aquel tiempo, para llegar a Asunción desde el sur de la Región
Oriental, había dos caminos: el que bordeaba el río Paraguay y el antiguo
camino jesuítico de las Misiones.
Hasta agosto de 1868, el teatro de las operaciones había sido
Ñeembucú. En el resto del país no se habían visto acciones militares de
importancia. Sin embargo, en todo el Paraguay se sentían los efectos de la
guerra. Para 1867, los cultivos eran solamente el 30% de lo que habían sido al
comenzar las hostilidades. Sumadas al hambre y las penurias, varias
enfermedades graves (como el cólera) habían diezmado a la población civil. Para
colmo, se denunció una conspiración en el nuevo campamento de López, el de San
Fernando. Esa conspiración, llamada conspiración de San Fernando, llevaría a la
ejecución de numerosas personas, incluyendo Benigno López y Juliana Insfrán
(hermano y prima de Francisco Solano López).
La Campaña de Pykysyry fue breve: duró desde comienzos de agosto
de 1868 hasta fines de diciembre de 1868 y terminó con la destrucción del
ejército paraguayo en la batalla de Lomas Valentinas. En agosto, López levantó
su campamento de San Fernando para marchar al norte, y acampar de nuevo al
norte del arroyo Pykysyry. Caxias comprendió que el Pykysyry y las trincheras
paraguayas no podían atacarse de frente, y por eso decidió un ataque por la
retaguardia: cruzó el río Paraguay y marchó por el Chaco, para desembarcar en
San Antonio el 3 de diciembre de 1868. Desde San Antonio, Caxias pretendía
atacar al ejército paraguayo en un punto que no estaba fortificado. Entonces
Solano López envió al general Bernardino Caballero para detener a Caxias.
Caballero lo enfrentó en las batallas de Ytororó y Abay, donde los paraguayos
fueron derrotados, pero se cumplió el objetivo de detener el avance del
enemigo. Después de reorganizar sus fuerzas, Caxias atacó el campamento
paraguayo de Lomas Valentinas el 21 de diciembre; la batalla duró siete días y terminó
con la destrucción del ejército paraguayo. Sin embargo, Solano López pudo
escapar con algunas docenas de soldados y llegó a Cerro León. En los primeros
días de enero de 1869, los aliados entraron en Asunción y la saquearon. Caxias,
disgustado por la mala conducta de sus tropas, a las que no podía controlar,
dio por terminada la guerra y viajó a Río de Janeiro. Le sucedió como
comandante el conde D’Eu, yerno del emperador Pedro II.
La Campaña de las Cordilleras duró desde enero de 1869 hasta marzo de 1870. Más que una campaña militar en sentido estricto, fue un enfrentamiento entre un ejército bien armado (el aliado) y las fuerzas irregulares de la resistencia paraguaya. En las Cordilleras, López consiguió formar un nuevo ejército de unos 12.000 efectivos, en su mayoría ancianos y menores de edad. Aunque mal armados y mal alimentados, los combatientes paraguayos contaban con la ventaja del terreno. En Azcurra (cerca de Caacupé), López trazó una línea de trincheras capaz de resistir un ataque frontal. El nuevo jefe aliado, el conde D’Eu, no la atacó, sino que marchó hacia el sur y el este, y luego giró para atacar Piribebuy, que tomó en agosto de 1869; si hubiera continuado el ataque, D’Eu hubiera podido caer sobre Caacupé, donde se encontraba López con su reducido ejército. Pero el jefe brasilero no se caracterizaba por la pericia militar ni el respeto a las leyes de la guerra: cometió crueldades contra los prisioneros y la población civil, pero dejó que López escapara hacia Curuguatay. Cuando reiniciaron las operaciones, los aliados enfrentaron un ejército de niños dirigido por el general Caballero en Acosta Ñu; la matanza y la conscripción de menores no honran a los combatientes. Prosiguiendo la retirada, López llegó hasta Cerro Corá con algunos centenares de combatientes; allí fue atacado y muerto el 1 de marzo de 1870.
Posiblemente, la Guerra de la Triple Alianza fue la primera guerra total de la historia contemporánea. En 1870, el Paraguay estaba arrasado. Su población, estimada en 500.000 habitantes al comenzar el conflicto, había quedado reducida a la mitad. La agricultura y la ganadería habían desaparecido. El ganado vacuno, estimado en más de dos millones de cabezas, no llegaba a 15.000 en 1870 (en su mayoría, animales baguales). El país debía importar artículos básicos (p. e., porotos, papas) porque no producía nada; por otra parte, tampoco con qué pagar las importaciones; a falta de moneda nacional, circulaban las extranjeras. Se destruyeron las obras de infraestructuras y sistemas de comunicación, como la fundición de hierro de Ybycui, el arsenal, el astillero, el ferrocarril. Las tropas brasileras ocuparon el país hasta 1876; las argentinas, hasta 1879. Para entonces, el Paraguay había cedido a la Argentina el territorio chaqueño comprendido entre los ríos Pilcomayo y Bermejo y el territorio misionero situado al sur del río Paraná. Al Brasil había cedido el territorio comprendido entre el río Blanco y el río Apa. (4)
Guerra del Chaco
Los antecedentes del conflicto deben buscarse en la colonización
española de América. Al producirse la independencia, las nuevas naciones
americanas se consideraron herederas de las divisiones territoriales
coloniales, que eran confusas. El Virreinato del Río de la Plata abarcaba
aproximadamente el territorio de las actuales repúblicas del Paraguay, Uruguay,
Argentina y Bolivia. Exceptuando el Uruguay, que estaba muy alejado del Chaco,
los otros tres países reclamaron el territorio del Chaco, apoyándose en las
leyes españolas. La ciudad de Charcas (hoy Sucre, Bolivia) tenía jurisdicción
sobre una parte del Chaco. Según las leyes españolas, las ciudades (p. e.,
Asunción) tenían jurisdicción en un área de cien millas a la redonda; de hecho,
Asunción exploró y fundó algunos asentamientos en el Chaco, como Fuerte Borbón
(hoy Olimpo). Pero Buenos Aires había sido la capital del Virreinato del Río de
la Plata, y como tal había ejercido alguna forma de gobierno en el Chaco.
Dependiendo de la interpretación, las leyes coloniales apoyaban las
reclamaciones del Paraguay, la Argentina y Bolivia.
El tratado de la Triple Alianza (firmado el 1 de mayo de 1865)
concedió a la Argentina el Chaco hasta Bahía Negra. Pero en 1876, con el
tratado Machaín-Irigoyen, la Argentina reconoció como paraguayo el territorio
situado al norte del Pilcomayo, exceptuando la zona de Villa Hayes. El
arbitraje del presidente norteamericano Rutheford Hayes adjudicó al Paraguay la
zona de Villa Hayes. A partir de entonces, la discusión sería entre el Paraguay
y Bolivia, que no pudieron ponerse de acuerdo sobre los límites durante el
siglo XIX, a pesar de que firmaron tres tratados, al final rechazados.
La ruptura definitiva se produjo en junio de 1932, cuando un
destacamento boliviano ocupó el fuerte paraguayo Carlos Antonio López, a
orillas de la laguna Pitiantuta. Tropas paraguayas retomaron el fuerte; los
bolivianos respondieron ocupando los fuertes paraguayos de Boquerón, Corrales y
Toledo. En agosto de 1932, la Liga de Neutrales hizo un inútil llamado a la
paz. En el mismo mes, ocupó la presidencia del Paraguay Eusebio Ayala, quien
entregó la comandancia de las tropas del Chaco al entonces teniente coronel
José Félix Estigarribia. Daniel Salamanca era presidente de Bolivia. El
comandante de las fuerzas bolivianas era el general alemán Hans Kundt. Kundt
había ganado experiencia en la Primera Guerra Mundial, pero trató de aplicar en
el Chaco, en forma demasiado estricta, las tácticas de aquella contienda.
Estigarribia, por lo contrario, optó por una guerra de movimientos: retrocedía
en caso de necesidad y tomaba en cuenta las características del terreno; en
especial, la disponibilidad de agua, un serio problema en el Chaco. A causa del
agua, las acciones militares se desarrollaron principalmente en una franja de
terreno relativamente cercana al río Pilcomayo, situada en los actuales
departamentos de Villa Hayes y Boquerón.
Estigarribia inició las operaciones en gran escala en septiembre
de 1932 con la ofensiva que capturó Boquerón y luego otras posiciones del
adversario (Toledo, Corrales, Arce). Pero varios factores lo obligaron a
detener la ofensiva en diciembre de aquel año. Desde entonces, hasta septiembre
de 1933, el ejército paraguayo se mantuvo en una posición defensiva. El
boliviano emprendió una fuerte ofensiva, en que el general Kundt optó por los
grandes ataques frontales, característicos de Primera Guerra Mundial. Esos
ataques provocaron muertes innecesarias en Europa y en el Chaco. Las posiciones
paraguayas de Nanawa, Toledo y Gondra resistieron la ofensiva, muy costosa en
pérdidas materiales y humanas al enemigo. El fracaso de la ofensiva llevó a la
destitución de Kundt, reemplazado por Enrique Peñaranda en el mando superior.
En septiembre de 1933, el ejército paraguayo emprendió la
ofensiva y tomó Pampa Grande y Pozo Favorito. En octubre comenzó la maniobra
conocida con el nombre de Campo Vía, terminada con grandes pérdidas bolivianas.
En diciembre, por un corto tiempo, hubo un cese del fuego que no permitió
ningún acuerdo de paz. Y así, durante el año 1934, se libraron los mayores
combates de la contienda. La victoria paraguaya de El Carmen provocó un cambio
de Gobierno en Bolivia: Daniel Salamanca fue reemplazado por José Luis Tejada.
El ejército paraguayo siguió su avance y llegó hasta la ciudad boliviana de
Villamontes, el centro de aprovisionamiento boliviano, que no pudo tomar. Luego
cruzó el río Parapití, pero no pudo sostenerse en una posición tan alejada de
sus bases y además poblada por los bolivianos, que también contaban con mayores
recursos bélicos. La paz llegó finalmente con el protocolo del 12 de junio de
1935, para alivio de los dos países. La cuestión de límites, después de largas
negociaciones, se fijó con el tratado del 21 de julio de 1938. (5)
Opinión personal
Este trabajo lo realicé en el marco de un trabajo practico del modulo de Componente Local, de la Especialización en Habilitación Pedagógica del Instituto de Formación Docente de Natalicio Talavera, buscando informaciones de páginas y blog sobre Historia del Paraguay, donde dentro de los números al final de cada tema esta la fuente de los mismos por si quieran darle una mayor lectura.
Fuentes consultados:
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